Cuando hablamos de tipologías, es hablar de las “clasificaciones y descripciones de técnicas utilizadas por las organizaciones criminales para dar apariencia de legalidad a los fondos de procedencia lícita o ilícita y transferirlos de un lugar a otro o entre personas para financiar sus actividades criminales”.
Es por ello la importancia de conocer algunas de estas tipologías que utilizan ese tipo de organizaciones criminales y por supuesto que el conocimiento al cliente es de suma importancia antes de aceptar un trabajo.
No solamente en nuestra profesión debemos de tener conocimiento de las tipologías, nuestra responsabilidad es hacer saber a otras profesiones y al público en general, la forma en que operan las personas u organizaciones que se dedican al lavado de dinero y legitimación de capitales, esto es una responsabilidad social y nos corresponde a nosotros la concientización en este tema.
Como auditores una de nuestras principales herramientas para identificar las diferentes tipologías, es nuestro “escepticismo profesional”, que es esa capacidad que tenemos para poder valorar situaciones que podamos cuestionar y así minimizar los riesgos en nuestra profesión.
Debemos tener la capacidad de identificar operaciones sospechosas utilizando nuestras matrices de riesgos y contar con información externa para poder identificar ese tipo de registros, en nuestras auditorías o cuando se nos presenta un cliente para obtener un servicio profesional nuestro, que, por medio de la matriz de conocimiento al cliente y documentos aportados por el posible cliente, podamos identificar Registros de Operaciones Sospechosas.
Hay actividades comerciales y transacciones financieras donde debemos tener mucho cuidado con las tipologías que identifiquemos a la hora de hacer nuestros análisis o estudios de documentos aportados, como por ejemplo: Venta de Automóviles, Remesas o envíos de dinero, Transferencias de Dinero del Exterior (flujos financieros no justificados), Movimientos de Dinero Sospechoso para dar apariencia a dinero legítimo, Transporte Transfronterizo de Dinero, Uso de Empresas Fachadas, Actividades de Ventas o Comercios donde los dineros no tienen un aspecto legítimo, Bienes Raíces, Desarrolladores de Software, Comercio de Oro, Vida Silvestre (compra y venta de especies), Productos Médicos, Compra y venta de obras de arte, entre otras (los anteriores son ejemplos de actividades tomados del Instituto Costarricense sobre Drogas de Costa Rica).
Claro está, que no debemos pensar que todas las actividades comerciales indicadas anteriormente, se dedican a actividades ilícitas, pero son actividades con señales de alerta y que se les han detectados diferentes tipologías mediante estudios ya realizados, donde se han reportado operaciones sospechosas.
Sobre las diferentes tipologías que se pueden presentar, enumeraremos algunas para que podamos tomar en consideración (Fuente: Instituto Costarricense sobre Drogas de Costa Rica):
- Utilización de la misma información financiera para diferentes bancos.
- Solicitudes de créditos sin garantía real
- No poseer actividad económica demostrable.
- Incrementos desmedidos de depósitos bancarios sin relación aparente de una actividad económica o bajo una estructuración, sin respaldo de origen de fondos.
- No concuerdan la compra de un bien con el perfil socio económico del cliente.
- Compras de bienes en efectivo, sin actividad económica que respalde el origen de los fondos.
- Sospechas de vínculos relacionados al tráfico de drogas u otros negocios ilícitos.
- Compras de bienes por adelantado los cuales aún no se encuentran en inventarios.
- No hay información que sustente las operaciones estructuradas, ni existe una razonabilidad aparente.
- Actividades económicas desconocidas sin ninguna estructura legal.
- Nacionalidad de las personas que sean procedentes de países con altos riesgos en lavado de dinero (paraísos fiscales).
- Desconocimiento del origen de los fondos recibidos donde no existe una relación lógica de apariencia laboral, familiar o de otra naturaleza.
- Las personas que reciben dinero no cuentan con un registro de actividad económica formal y remunerada y algunos pueden presentar antecedentes delictivos.
- La utilización de cuentas corrientes como “puente” que inmediatamente después del ingresado el dinero, se traslada hacia distintas cuentas y se realicen retiros en efectivo que facilita perder el rastro.
- Utilización de empresas fachadas o de “papel”-
- No existe información de actividades económicas desarrolladas en el exterior.
- Algunos empresarios realizan cambios de actividad económica de manera repentina.
- Personas que no responde con sentido lógico a las consultas realizadas como parte de nuestra matriz de conocimiento al cliente y no aparentan una actividad comercial real ni trayectoria empresarial.
- Las personas que aportan documentos que en apariencia respaldan la actividad comercial en el exterior y que los mismos no vienen “apostillados” del país de origen.
- Empresas de recién constitución, cuyos socios son extranjeros y que no se conoce ninguna referencia de arraigo en el país en que vivimos.
- Negatividad del cliente para presentarnos la información solicitada que sustente el origen de los fondos.
Podemos enumerar aún más tipologías reales que se presentan constante o continuamente y que son de nuestra responsabilidad evaluar, y preparar a nuestros colaboradores por medio de capacitaciones continuas para que sean parte de nuestra estrategia de minimizar riesgos en nuestra profesión, y estar preparados para detectar estas actividades ilícitas bajo nuestras actuaciones éticas y profesionales.
Autor: Marvin Esquivel, Partner en TGS Costa Rica – LinkedIn
Puedes encontrara este y otros artículos en inglés en la revista de TGS ´EXPERIENCE´.
