Al final del año fiscal, las empresas entran en la disyuntiva de cómo gestionar sus utilidades y es muy importante que las organizaciones presenten una adecuada política para distribuir dividendos y política para efectuar reinversiones de utilidades, ya que esta decisión impactará en la creación de valor o en la destrucción de valor de la empresa.
No necesariamente los dividendos deben ser distribuidos siempre, es importante analizar los planes o proyectos internos y determinar si estos pueden ser viables, es decir, si tienen un valor presente neto positivo medido a una tasa igual o mayor a la tasa de rentabilidad requerido por los accionistas, generando creación de valor para la empresa y mayores utilidades y dividendos futuros.
Por otro lado, toda empresa que seleccione proyectos de inversión con tasas de rendimiento inferiores a la tasa de rentabilidad requerida por los accionistas crecerá en términos de utilidades y dividendos, pero destruirá el valor de la empresa.
En conclusión, es indispensable efectuar un análisis internamente de los proyectos de inversión de la empresa antes de decidir la distribución de dividendos y tener claro si estos generan rentabilidad igual o mayor a lo requerido por los accionistas, generando mayores utilidades y distribución de utilidades posteriormente.